jueves, 19 de julio de 2012

Presentaciones obligadas. Crako Jabato

Personaje obsesionado con Sindulfo, siempre un paso por detrás de él. Su vida no ha sido fácil, con apenas dos años de edad fue abandonado a su suerte en un secarral de la franja sur de los montes de El Entrego.
Sus padres le habían dicho que lo llevaban al circo, a Crako le encantaba, pero al llegar y ver el descampado sin carpa alguna, Crako empezó a sospechar. Su padre le había preguntado si le hacía ilusión ir al circo y ante la afirmación del muchacho, éste le contestó riéndose “de ilusiones vive el tonto las bellotas”. Como ya hemos dicho, fue abandonado por sus padres envuelto en un delantal varias tallas mayor que él y con la única protección de una navaja de Taramundi.

Milagrosamente logró sobrevivir gracias a que fue amamantado por una hembra de jabalí que se había quedado sólo con dos jabatos debido al ataque de los lobos. Allí vivió hasta la edad de once años, cuando no tuvo más remedio que separarse de su “familia” adoptiva, ésta empezaba a sospechar.
Esa etapa de su vida generó en el chico un odio y una ira atroz hacia el circo y todo lo que representa; así como un cariño fraternal a los jabalíes. Odio que personificó en Sindulfo tras una actuación, esta vez si, a las afueras de El Entrego.
Hoy en día, se gana la vida como cobrador de deudas y se hace llamar Crako Jabato. Su pelo, del color del fuego; sus brazos, fuertes y robustos; su corazón, helado por el rencor; y su inseparable pero siempre fiel bate de softball; hacen de él un ser temido y letal. Su vida dará un giro inesperado cuando le hacen el encargo de cobrar una deuda del “Gran Circo Sindulfo”, por lo visto había dejado algún pago pendiente; trabajo que le permitirá por una parte estar ocupado una buena temporada y por otra darle un escarmiento a su enemigo número uno. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario